domingo, 13 de marzo de 2011

Londres recuperará su esplendor industrial en Battersea

La silueta de la estación eléctrica de Battersea domina un largo tramo de la rivera sur del Támesis. Y, en un futuro próximo, este fantasma del pasado industrial de Londres podría volver a la vida de la mano del arquitecto uruguayo Rafael Viñoly.
En la época de mayor rendimiento, durante la década de los '50, las entrañas de esta inmensa mole de ladrillo generaban el 20% de la energía que consumía la capital británica.
En la actualidad, esta catedral de la era industrial, como la llaman algunos, es apenas una carcasa. Sus chimeneas ya no despiden columnas de humo y su interior está prácticamente vacío.
Desde que dejó de producir electricidad en 1983, el destino del que para muchos es el edificio más emblemático de Londres ha sido incierto.
A finales de los '80 se planeó convertirlo en un parque temático sobre la revolución industrial. Otros quisieron transformarlo en un complejo de hoteles y viviendas. Pero ninguno de esos proyectos salió adelante.
En 2008, la compañía Real Estate Opportinities -propietaria del inmueble y los terrenos que lo rodean- le encargó al arquitecto y urbanista uruguayo Rafael Viñoly que ideara un nuevo futuro para la estación de Battersea.

El proyecto de Viñoly

Estación de Battersea en Londres
La imagen exterior de la estación de Battersea es un símbolo de Londres.
Hace unas semanas, las autoridades locales dieron la última luz verde al proyecto de casi US$8.000 millones.
"La renovación de este tipo de estructuras industriales siempre es interesante porque implica un proyecto de intervención urbana. Esto es un terreno de más de 70 hectáreas que ha quedado vacante a diez minutos de la estación Victoria, en el centro de Londres", señala Viñoly en diálogo con BBC Mundo.
Pese a los fracasos de los planes anteriores, el arquitecto defiende la viabilidad de su proyecto y se muestra confiado en la posibilidad de que las obras se inicien en 2012.
"Este proyecto tiene una carga financiera inicial que es la recuperación del edificio de la estación de Battersea. Pero no sólo es un proyecto de uso mixto, es también un proyecto de renovación histórica y reciclaje de una estructura importante.
"Para compensar los costos de esta recuperación, lo más importante es encontrar un programa de incorporación de nuevos usos que le dé al lugar la energía que debe tener para generar un polo de atracción", indica el arquitecto.

Entre lo viejo y lo nuevo

Estación de Battersea en Londres
El interior de la estación está vacío.
En este sentido, la intervención en Battersea implica la creación -casi desde cero- de un nuevo barrio y, apunta Viñoly, uno de los desafíos principales será su integración con el resto de la ciudad.
"La parte que más me emociona del proyecto es contribuir a la recuperación de una zona de la ciudad que está tan encastrada dentro del centro y a la vez pareciera que estuviera en Marte (…). Todo esto sin pensarlo como una ciudad en sí misma. El resultado no debe ser meramente residencial, sino que debe tener vida interna", comenta.
Pero, más allá de los aspectos de reordenación urbana del proyecto, para la mayoría de londinenses, la rehabilitación de la estación de Battersea –que según los informes oficiales se encuentra en un estado de conservación delicado- es el centro de la actuación.
"Este edificio ha quedado como imagen emblemática de esta parte de Londres. Está en la memoria colectiva de la gente (…). Es interesantísimo porque lo arquitectónico se confunde con la ingeniería, la parte tecnológica", destaca el arquitecto.

Vapor en vez de CO2

Estación de Battersea en Londres
La sala de control de la estación está prácticamente intacta.
"Hemos intentado establecer un equilibrio para que la estación se convierta en centro geográfico del proyecto y a la vez permita un desarrollo individual de los edificios más contemporáneos (…). Para eso, lo que hemos hecho a la hora de desarrollar el complejo es utilizar una clave de contraste más que de imitación o de reflejo del ladrillo (…). Para eso creamos una especie de halo alrededor del edificio", agrega.
De hacerse realidad el proyecto de Viñoly, este gigante industrial recuperará su esplendor art déco para albergar restaurantes, tiendas y centros de congresos y reuniones. Pero además, la estación de Battersea también recuperará su uso original.
"Lo que hemos hecho es transformar buena parte del edificio en una planta de energía aprovechando las mismas ventajas originales de estar sobre el río para la provisión de materia prima, pero en esta ocasión para una estación de producción de biomasa".
"De este modo, desde el punto de vista de la imagen del edificio, las chimeneas parecerá que vuelven a emitir humo, pero será vapor de agua en lugar de dióxido de carbono", destacó el arquitecto.